miércoles, 7 de septiembre de 2016



Pensamiento
Enriquecimiento para todo el alumnado.
¿Cómo enseñar y aprender a pensar?


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Texto: Coral Elizondo
@coralelizondo
Fotografía: Ana Elizondo
MiradaBel @anaelizondo9

PENSAMIENTO EFICAZ


La psicología del pensamiento ha ido evolucionando a la vez que lo hacía la psicología como ciencia. El hecho de ser un proceso inobservable hizo que el estudio del pensamiento se viese en ocasiones relegado a un segundo plano. En la mitad del siglo XX, la psicología cognitiva introdujo el estudio de los procesos mentales y supuso por lo tanto dar una visibilidad al estudio del pensamiento descartando el método introspectivo como única metodología. En ese momento, estudiosos del pensamiento se plantearon estudiar todas las formas de razonamiento posible, entendiendo que el razonamiento es uno de los procesos cognitivos básicos por medio del cual utilizamos y aplicamos nuestro conocimiento previo permitiendo por lo tanto pasar de una información a otra realizando inferencias, si bien se evidenció que no todas las inferencias eran igual de válidas.
Los estudios psicológicos sobre el pensamiento siguieron las dos ramas de la lógica sobre razonamiento deductivo (parte de unas premisas para alcanzar una conclusión que sigue necesariamente a las mismas) y sobre el razonamiento inductivo (se alcanza la conclusión que está más o menos apoyada por las premisas). Un argumento deductivo es válido, mientras que un argumento inductivo es más o menos probable. Los resultados experimentales sobre el razonamiento mostraron que las respuestas de los sujetos no se ajustaban a las marcadas por los modelos normativos (teoría de la lógica formal para el razonamiento deductivo y teorema de Bayes para el razonamiento inductivo) apareciendo errores de razonamiento sistemáticos o sesgos que ponían de manifiesto que los humanos somos un sistema con unos recursos de procesamiento limitados y evidenciando también que las personas utilizamos heurísticos o atajos mentales del pensamiento en una gran variedad de tareas.
A principios de los años 70 se empieza a hablar de lógica informal o de razonamiento informal, estudios que constituirán la base para el pensamiento crítico, y se hace desde tres campos: la filosofía, la psicología y la educación. En este último campo es donde Perkins, Costa, Swartz… entre otros, han desarrollado su labor hacia la enseñanza de un pensamiento profundo y eficaz en las aulas, a enseñar a comprender y pensar sobre los contenidos. Perkins persigue además “unas escuelas que brinden conocimientos y comprensión a un gran número de personas con distintas capacidades e intereses y provinientes de medios culturales y familiares distintos” (Perkins 2008, pág. 16)
Para Swartz y colaboradores, “el pensamiento eficaz se refiere a la aplicación competente y estratégica de destrezas de pensamiento y hábitos de la mente productivos que nos permiten llevar a cabo actos meditados de pensamientos, como tomar decisiones, argumentar y otras acciones analíticas, creativas o críticas. Los individuos que son capaces de pensar con eficiencia pueden emplear, y de hecho emplean, esas destrezas y hábitos por iniciativa propia, y son capaces de monitorizar su uso cuando les hace falta” (Swartz, Costa, Beyer, Reagan, & Kallick, 2013, pág. 15)
Libros citados
González, M. J. (2001). Introducción a la psicología del pensamiento (2ª ed.). Madrid: Trotta.
Perkins, D. (2008). La escuela inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente. Barcelona: Gedisa.
Saiz, C. (2002). Pensamiento crítico. Conceptos básicos y actividades prácticas. . Madrid: Síntesis.
Swartz, R., Costa, A., Beyer, B., Reagan, R., & Kallick, B. (2013). El aprendizaje basado en el pensamiento. Cómo desarrollar en los alumnos las competencias del siglo XXI. Madrid: sm.

¿QUÉ ENTENDEMOS POR CULTURA DE PENSAMIENTO? 


El  estudio  de  cómo  llevar  al  aula  la  enseñanza  del  pensamiento  comienzó  a  finales  de  los  años  60  con  la  implantación  de   programas  concretos  para  enseñar  a  pensar.  Estos  programas  tenían  unos  principios  comunes  a  todos  ellos:  el  carácter   multifactorial  de  la  inteligencia;  una  concepción  ambientalista  y  dinámica  de  la  inteligencia;  distinción  entre  competencia   y  ejecución,  potencial  de  aprendizaje  de  Vygotski;  la  ejecución   cognitiva  puede  ser  modificada;  una  perspectiva   estratégica  (para  mejorar  la  inteligencia  se  debe  actuar  sobre  el  “saber  hacer”,  habilidades,  destrezas,  procesos,   estrategias…)  y  funcional  (inteligencia  en  acción)  de  la  inteligencia  y  la  importancia  de  los  aspectos  motivacionales.       Programas  como  CoRT  de  De  Bono  (1967,1976);    Filosofía  para  niños  de  LIPMAN  (1976,1980),  Proyecto  de  inteligencia  de   Harvard  (1979);    Programa  de  Enriquecimiento  Instrumental,  PEI  de  Feurstein  (1980);  Inteligencia  aplicada  de  Sternberg   (1985)…,  por  citar  algunos  de  los  más  conocidos,  tuvieron  su  desarrollo  en  los  años  70/80  fundamentalmente  con   resultados  positivos  en  el  CI,  en  el  entrenamiento  de  componentes  cognitivos,  en  la  mejora  de  la  metacognición…,  pero   con  serias  limitaciones  sobre  el  poder  de  generalización,  debido  a  la  la  brevedad  del  programa.  En  la  actualidad,  se  están   dejando  de  lado  estos  programas  específicos  vacíos  de  contenido  curricular,  para  dar  paso  a  herramientas  o  estrategias     que  favorezcan  el  pensamiento  incluidas  en  el  currículo.  Lo  que  Swartz  denomina  “infusión  de  pensamiento  dentro  de  los   contenidos  de  aprendizaje”  y  que  conlleva  que  el  buen  pensamiento  impregne  todas  nuestras  actuaciones.

Perkins  en  el  libro  “Un  aula  para  pensar”  habla  de  “preparar  a  los   alumnos  para  que  en  un  futuro  puedan  resolver  problemas  con   eficacia,  tomar  decisiones  bien  meditadas  y  disfrutar  de  toda  una  vida   de  aprendizaje”       Pero  ¿qué  entendemos  por  cultura  del  pensamiento?   Perkins  la   define  como  una  “una  cultura  donde  el  pensamiento  es  parte  del  aire”   en  la  entrevista  de  Zona  educativa  en  Julio  de  1997  y  en  su  libro  “Un   aula  para  pensar”  habla  de  que  el  espíritu  del  buen  pensamiento  esté   en  todas  partes.  De  que  debe  existir  la  sensación  de  que  "todos  lo   están  haciendo":  todos  incluso  el  docente  se  están  esforzando  para   ser  reflexivos,  inquisidores  e  imaginativos.  Todos  se  están  esforzando   por  ser  buenos  pensadores.  Ron  Ritchhart  en  su  libro  “Intellectual   Character”  explica  que  “una  cultura  de  penseamiento  se  crea  en   aqullos  lugares  en  los  que  el  pensamiento  individual  y  de  grupo  es  valorado  y  se  hace  visible,  y  se  promueve  de  forma   activa  como  parte  de  las  experiencias  cotidianas  y  habituales  de  los  miembros  del  grupo”

Libros  citados:     Tishman,  S.;  Perkins,  D.;  Jay,  E.  (2001).    Un  aula  para  pensar  (aprender  y  enseñar  en  una  cultura  del  pensamiento).  Buenos   Aires:  Aique.

DIMENSIONES  DE  UNA  CULTURA  DE  PENSAMIENTO


Perkins,  en  el  libro  citado  anteriormente  explica  que  “el  hecho  de  poseer  una  habilidad,  no  garantiza  que  uno  vaya  a   utilizarla”,  para  que  se  convierta  en  parte  de  la  conducta  es  necesario  cultivarla  y  desarrollarla.  En  la  misma  línea  y  mucho   antes  que  él  Séneca  decía  “como  el  suelo  por  rico  que  sea  no  puede  dar  fruto  si  no  se  cultiva,  la  mente  sin  cultivo  tampoco   puede  producir”,  en  definitiva,  los  dos  están  hablando  de  cultivar  el  pensamiento.       Swartz  &  cols.  en  el  libro  “El  aprendizaje  basado  en  el  pensamiento”,  defienden  la  integración  de  la  enseñanza  del   pensamiento  eficaz  en  la  enseñaza  de  los  contenidos  de  cualquier  nivel  educativo  y  en  cualquier  área  de  conocimiento.  Lo   que  nos  viene  a  insistir  en  el  aprendizaje  del  pensamiento  en  las  aulas,  en  el  cultivo  del  mismo  y  en  impregnar  todas  las   actuaciones  educativas  con  técnicas  de  buen  pensamiento,  de  pensamiento  eficaz.     
Perkins  habla  de  seis    dimensiones  de  la  cultura  del  pensamiento:     

1.   Lenguaje  del  pensamiento.  

Debemos  utilizar  en  el  aula  verbos  para  describir  la  vida  de  la  mente,  para  describir   el  pensamiento.  Contamos  con  un  listado  grande  en  la  taxonomía  de  Bloom.  Afirmar,  inferir,  describir,  defender,   interrelacionar,  comparar,  contrastar,  ejecutar,  crear…  son  sólo  algunos  de  los  ejemplos.     Pero,  ¿por  qué  es  necesario  utilizar  este  lenguaje  del  pensamiento?,  fundamentalmente  para  comunicarse  con   mayor  precisión  e  inteligencia  y  porque  el  lenguaje  del  pensamiento  comunica  y  refuerza  las  normas  del   pensamiento.  Si  en  el  aula  sólo  preguntamos  ¿por  qué  crees  que…?  estamos  favoreciendo  un  pensamiento   pobre,  mientras  que  si  preguntamos  “dime  las  razones  que  apoyen  tu  punto  de  vista”  guiamos  el  pensamiento   hacia  una  pensamiento  más  profundo.   Cuando  en  el  aula  hagamos  preguntas  no  usar  pensar  y  sentir  a  menudo,  intentar  constuir  preguntas  más   precisas  relacionadas  con  la  opinión,  hipótesis,  especulación  o  conclusión.   

  Para  enriquecer  el  lenguaje  del  pensamiento  en  el  aula  debemos  ser  conscientes  también  de  nuestro  propio   pensamiento,  preguntas  como

  ¿qué  razones  crees  que…,  qué  opinas  y  por  qué…;  en  que  se  basa  para….  o  en  que   te  basas  para….?  deben  formar  parte  de  nuestra  cultura  del  aula.     

Pero  también  podemos  tener  un  cartel  con  un  listado  de  verbos  para  describir  el  pensamiento  de  forma  que  el   alumnado  lo  utilice  al  hablar  y  expresarse,  o  tener  un  lugar  donde  exponer  la  palabra  del  día/semana  que  hemos   aprendido  o  al  debatir  cambiar  de  perspectiva  con  el  fin  de  argumentar  desde  otro  punto  de  vista.






Estas  serían   algunas  de  las  actividades  que  podrían  hacerse.      

 2.   Predisposiciones  del  pensamiento. 

 Lo  que  distingue  un  buen  pensador  de  un  pensador  promedio  no  es  su   aptitud  cognitiva  superior,  sino  su  predisposición  al  pensamiento.  Es  decir,  su  tendencia  constante  a  explorar,   inquirir  y  profundizar  en  nuevas  áreas,  pero  sobre  todo  su  tendencia  constante  a  pensar  y  a  ser  organizado.   Características  como:  curioso,  cuestionador,  razonar  clara  y  cuidadosamente…  son  solo  algunas  del  buen   pensador1    

   3.   Metacognición  o  pensar  sobre  el  pensamiento. 

 Binet  (1905)  fue  el  primero  en  hablar  de  la  autocrítica  como  un   componente  central  de  la  inteligencia.  Brown  (1978)  definió  la  metacgonición  como  “el  conocimiento  de  nuestras  
cogniciones”  si  bien  posteriormente  se  haría  hincapié  en  la  función  autorreguladora  y  no  solo  cognitiva,  en  esta   línea  estarían  Sternberg  y  Perkins  y  por  supuesto  Costa   con  sus  hábitos  de  la  mente.   La  metacognición  como  área  de  estudio  comienza  su   andadura  en  la  década  de  los  80,  considerándose  en   aquel  momento  a  la  corriente  metacognitiva  como  una   revolución  en  la  enseñanza.   En  la  actualidad   se  sigue   trabajando  en  esta  línea  al  considerar  la  importancia  para   conseguir  un  pensamiento  eficaz  y  favorecer  una   autonomía  reflexiva  en  el  alumnado.  
Muy  interesante  en  esta  línea  serían  los  diarios  de   aprendizaje  con  los  que  además  se  trabaja  la   inteligencia  intrapersonal   y  la  escalera  de  la   metacognición   de  Robert  Swartz   con  los   que   estaríamos  desarrollando  procesos  cognitivos  de  orden   superior


4.   Espíritu  estratégico.  

Fomentar  en  el  aula  el  espíritu  estratégico,  es  estimular  al  alumnado  el  entusiasmo  por  el   pensamiento  sistemático  y  planificado,  para  que  construyan  y  usen  estrategias  de  pensamiento  como  respuesta   a  desafios  intelectuales  y  de  aprendizaje.     

  5.   Conocimiento  de  orden  superior.  Mientras  que  las  tres  dimensiones  anteriores  estaban  relacionadas  con  los   hábitos  de  la  mente.  Esta  dimensión,  al  igual  que  la  primera,  está  relacionado  con  los  procesos  cognitivos,  con  la   taxonomía  de  Bloom  de  la  que  hablaremos  en  otro  apartado.    

 6.   Transferir.  Se  refiere  a  la  aplicación  de  conocimientos  y  estrategias  de  un  contexto  a  otro.  Se  refiere  también  a   encontrar  relación  entre  áreas  de  conocimiento  diferentes,  a  ser  capaz  de  aplicar  conocimientos  previos  y   experiencias   a  situaciones  nuevas  y  desconocidas.  El  profesorado  debe  ser  capaz  de  construir  andamios  y   puentes  para  hacer  esa  conexión  entre  conocimientos,  para  recorrer  el  camino  de  nuevos  aprendizaje


CONDICIONES  NECESARIAS  PARA  CREAR  UNA   CULTURA  DE  PENSAMIENTO  EN  EL  AULA
Los  investigadores  del  Proyecto  Zero  encontraron  ocho  condiciones  necesarias  para  crear  una  cultura  de  pensamiento  en   el  aula  y  que  debemos  tener  en  cuenta  a  la  hora  de  desarrollar  las  habilidades  de  pensamiento  de  nuestros  alumnos.   Hemos  visto  que  ser  buen  pensador  significa  tener  habilidades  de  pensamiento,  pero  para  que  estas  habilidades  se   conviertan  en  parte  de  la  conducta  deben  desarrollarse  y  fomentarse,  haciéndolo  visible  y  valorado.   

 1.   Tiempo.  Es  necesario  dedicar  tiempo  a  pensar.       

2.   Oportunidades.  Ofrecer  oportunidades  para  pensar.  Fundamentalmente  experiencias  reales  que  motiven  al   alumnado.    Muy  interesante  trabajar  con  proyectos,  puesto  que  parten  siempre  de  un  contenido  significativo,   real  y  cercano,  con  preguntas  que  provocan  la  necesidad  de  saber  y  aprender  y  ofreciendo  un  revisión  y   reflexión  sobre  el  trabajo  realizado.    

 3.   Rutinas  y  estructuras.  Estructurar  el  pensamiento  de  los  alumnos  con  modelos  de  pensamiento  que  luego  ellos   puedan  utilizar  con  autonomía.    

 4.   Lenguaje.  En  el  capítulo  anterior  hemos  visto  que  debemos  utilizar  en  el  aula  verbos  para  describir  la  vida  de  la   mente,  para  describir  el  pensamiento.  Contamos  con  un  listado  grande  en  la  taxonomía  de  Bloom.  Afirmar,   inferir,  describir,  defender,  interrelacionar,  comparar,  contrastar,  ejecutar,  crear…  son  sólo  algunos  de  los   ejemplos  que  veremos  con  más  detenimiento  a  continuación.     

  5.   Creación  de  modelos.   El  pensamiento  visible  permite  que  todos  seamos  modelos  para  otros.  Cuando  se   debaten,  juzgan  o  discuten  ideas  en  clase,  desarrollamos  las  habilidades  de  pensamiento  de  todos  los  que  allí   participan,  cuando  nosotros  como  docentes  utilizamos  preguntas  como  preguntas  como  ¿qué  razones  crees   que…,  qué  opinas  y  por  qué…;  en  que  se  basa  para….  o  en  que  te  basas  para….?  Actuamos  de  ejemplo  y  modelo  y   hacemos  que  este  lenguaje  forme  parte  de  nuestra  cultura  del  aula.    

 6.   La  interrelación  y  las  relaciones.  Respetar  y  valorar  las  aportaciones  de  todo  el  alumnado.  Esta  condición  está   relacionada  con  la  educación  inclusiva,  todo  nuestro  alumnado  está  en  el  aula  participando  de  la  actividad  que  allí   hacemos.  Además  les  escuchamos  y  ponemos  en  valor  sus  intervenciones.    

 7.   El  entorno  físico.  Agradable  que  permita  hacer  visible  el  pensamiento.    

   8.   Expectativas.  Otra  vez  la  educación  inclusiva,  el  profesorado  tiene  altas  expectativas  para  todo  el  alumnado  y  las   transmite  con  claridad.  Ya  hemos  visto  en  el  punto  6  la  importancia  de  que  el  profesor  valore  el  pensamiento  de   todos  sus  alummos.  



HERRAMIENTAS PARA ENSEÑAR A PENSAR 



Son 3 las herramientas que usaremos para enseñar a pensar

  Rutinas: son un modelo o patrón sencillo de razonamiento (Perkins ,1997)
  Destrezas: son conductas inteligentes que emplean procedimientos reflexivos específicos (Swartz, 2013).
Incluyen:
-       La toma de decisiones
-       La resolución de problemas
-       La conceptualización
-       La Metacognición es inherente al proceso. Es la capacidad que tenemos de autorregular el propio aprendizaje
  Hábitos de la mente, o características de lo que hacen las personas inteligentes conductas inteligentes (Costa, 1991).






1. RUTINAS  DE  PENSAMIENTO
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“Las  rutinas  de  pensamiento  (RdP)  son  patrones  sencillos  de   pensamiento  que  pueden  ser  utilizados  una  y  otra  vez,  hasta  convertirse   en  parte  del  aprendizaje  de  la  asignatura  misma”.  Perkins,  1997     Las  rutinas  de  pensamiento  persiguen  desarrollar  las  capacidades  del   alumnado,  hacer  visible  el  pensamiento  y  lograr  una  mayor  implicación   en  el  contenido  a  explorar  y  fueron  desarrolladas  en  el  proyecto  “Visible   Thinking”  del  Proyecto  Zero.  Los  investigadores  principales  más   conocidos    son  David  Perkins,  Ron  Ritchhart,  Shari  Tishman…    
   Las  rutinas  permiten  generar  pensamientos,  razonar  y  reflexionar,  ayudan  por  lo  tanto  al  alumnado  a  desarrollar  su   habilidad  e  inclinación  para  pensar    y  tienen  unas  características  muy  concretas:    
  •   Están  orientadas  hacia  una  meta  y  provocan  un  tipo  concreto  de  pensamiento;
  •   Se  han  de  usar  repetidamente  en  el  aula  para  que  lleguen  a  convertirse  en  un  modo  natural  de  razonar  y  trabajar   los  contenidos  curriculares  de  una  asignatura.
 •   Están  conformadas  por  pocos  pasos;  son  breves  y  sencillas.
 •   Son  fáciles  de  aprender  y  de  enseñar.
 •   Son  fáciles  de  utilizar  por  los  alumnos.
 •   Pueden  ser  utilizadas  en  una  gran  variedad  de  contextos.
 •   Se  pueden  aplicar  de  manera  grupal  o  individual.     C

  Cada  rutina  tiene  un  nombre  que  la  identifica  y  es  fácil  de  recordar.
Se  pueden  realizar  individualmente  o  en  grupo,  si  bien   siempre  es  recomendable  comenzar  con  reflexiones  individuales


y  se  agrupan  según  objetivos  que  persiguen:    


 •   Captar  la  esencia  y  sacar  conclusiones.  HEADLINES  o  titular.  Palabra-­‐idea-­‐frase.  CSI.  Color,  Símbolo,  Imagen.  
 •   Establecer  conexiones.  3-­‐2-­‐1  PUENTE.  Relacionar,  ampliar,  preguntar.  Generar,  clasificar,  relacionar,   desarrollar.  Pienso,  me  interesa,  investigo.  Antes  pensaba,  ahora  pienso.  Piensa,  conecta,  explora.
 •   Crear  explicaciones.  Brújula.  Preguntas  provocadoras.  Piensa  y  comparte  en  pareja.  ¿Qué  te  hace  pensar  eso?
 •   Considerar  distintos  puntos  de  vista.  Círculo  de  puntos  de  vista
 •   Describir  lo  que  está  ocurriendo.  Veo,  pienso,  me  pregunto.  Observar,  pensar,  preguntarse.     •   Razonar  con  evidencias.  Problema-­‐solución.  El  semáforo.  Puntos  cardinales.  Pensar,  problematizar,  explorar.   ¿Qué  te  hace  decir  eso?      

   En  esta  web  http://www.pz.harvard.edu/  encontraréis  vídeos,  libros,  proyectos,  cursos  on  line,  recursos…  y  en  este  vídeo   en  inglés  explican  las  rutinas  https://vimeo.com/108000553

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